martes, 24 de junio de 2008

Condición Humana II

Cuántas impresiones. Cuántos caminos has recorrido y has de recorrer. Impredecibles, pero sí, al menos, deducibles. Visitarás lugares en boga, sentirás climas diferentes y, de seguro, conocerás muchas personas.
Las personas que conoces en la actualidad son imperfectas, son equívocas, son... Humanas. Si puedes verlo de esta forma, si puedes aceptarlo de esta forma, si puedes avanzar de esta forma, entonces no tendrás problemas en conocer más personas, en expandir tus experiencias y poder decir, al final de todo, que viviste con decisión, con coraje y convicción de haber aprendido a aceptar y a amar con franqueza.
Los que conocerás más adelante tienen las mismas especificaciones que se han mencionado más arriba, sólo que sus características serán distintas. Indiscutiblemente existe clases de personas que no son de nuestro agrado, pero cada persona que dejes pasar será una lección que aprenderás más adelante o no te alcanzará el tiempo para conocerla y, seguramente, te arrepentirás al estar imposibilitado de hacer aquello que alguna vez tuviste la oportunidad de hacer: Respetar y aprender de aquellos que no tienen nuestra misma visión.
Cada persona es un misterio... Y los misterios son atracciones naturales al ser humano, permítete sentir, respirar, concebir... Los pensamientos acondicionan la experiencia a la preconcepción.. Los sentimientos nos permiten la experimentación, la seducción natural por el conocimiento universalmente adquirido a través de lo empírico.

Convivir con aquel que nos es igual, es simple... Aceptar a aquel con ideas distintas es un reto.. Rétate a ti mismo a abandonar los prejuicios, los conceptos y a tomar la vida tal cual la has vivido, la has sentido, la has amado y la has sufrido...

Canción al cierre de la edición: Over - Portishead

lunes, 16 de junio de 2008

Soledad se escribe con S de Samuel...

Nunca pensé que todo terminaría así. De verdad que el bailar contigo bajo la lluvia me decía que todo terminaría de forma distinta: tú estabas con él y yo con ella, con la que el anterior me había dejado, con Soledad.
Soledad es alguien... difícil. Es alguien que, a pesar de lo que hagamos, estará allí, inmutable, consistente, perpetua. Y es perpetua porque ella siempre llegará a nosotros en momentos desconocidos y bajo circunstancias misteriosas, pero de seguro allí estará.
Soledad tiene miedo. Y ella le teme a una sola persona, a ti. Y a ti te teme porque, mientras ella me susurraba mentiras, tú cantabas verdades imposibles de obviar, de borrar, de ignorar. Ella estaba interesada en instalarse nuevamente, de llegar con pretextos infundados y morar nuevamente en ésta, su residencia, para volver a pertubar mi paz, mi armonía, mi verdad. Pero, al verte, empezó a temer. Temía que llegarás a desfigurarme aquel panorama sombría que ella me dibujaba con desesperanzas; temía no volver a causar los estragos y secuelas que ya una vez causó por aquí; temía que, una vez más, me enamorara y dejara atrás largas horas de conversaciones sin palabras, de caricias frías, de momentos deseados, mas no vividos.
Soledad es mezquina y caprichosa pero, al final del camino, ella será la única que estará allí cuando nadie más esté. Es por eso que he aprendido a vivir con ella, a consentirla y mimarla como si fuese un producto de mis más grandes alegrías, no percatándome que ella es la que se ha mofado de mí en mis grandes horas de agobio y tristeza.
Pero no hablemos más de ella. Quiero hablar de ti, de la forma en que tuve que sacarte de donde estabas porque, a primera vista, supe que tu lugar no era otro que éste, que tu morada sería mi pecho y tu residencia mi cama. De la forma heroica con la que destronaste a Soledad y te sentaste tú para ser el único legítimo en este reino donde obtuviste frutas de cosechas desértica. Quiero halabar tu gallardía y cantar tu proeza en convertir lo muerto en vivo, lo frágil en fuerte y en convertir a un ateo férreo en un devoto apasionado.
Yo aprendí a vivir con Soledad, ahorita ella se ríe de mi felicidad a la que calificó de "momentánea" y se burla de nuestro romance. Lo que ella no sabe es que, no importa dónde esté o con quién, ella jamás podrá reinar de forma en que pueda borrar cualquier vestigio de tu paso por mi reino, porque las huellas que has dejado son de sudor seco en mi piel que has sabido amar; lágrimas al viento del amor desmesurado que te tengo y, sobre todo, un sentimiento que desconoce tiempos, espacios o magnitudes, las tres propiedades físicas en la que ella ha sabido acomordarse.

Ella podrá estar en cada segundo, en cada lugar y de cualquier forma; pero tú residirás en mi memoria donde ella, precisamente ella, ha sido expulsada para que puedas seguirme amando a la luz de la acción o en la oscuridad del recuerdo.

Estoy en una "Y"

Encontrarse en una diatriba. Nos encontramos permanentemente en una diatriba y es que siempre se nos presentarán dos o más opciones de lo que podemos hacer o no. Dependiendo de ello, acarrearemos consecuencias que, al final, tendremos que asumir con todo nuestro orgullo o pesar.
El ser humano se equivocará hoy y mañana, ya que se busca asemejar la perfección en los actos pero desde un punto de vista externamente subjetivo. ¿Qué significa "externamente subjetivo"?
Las personas tomamos decisiones supuestamente en base a lo que nuestro juicio nos dicta; pero nuestro juicio ha sido creado por conceptos y presupuestos de otras personas que han influido en nuestra vida. Tratamos de independizarnos de yugos, doctrinas y preconcepciones que están afuera de nuestro interior, pero siempre terminamos actuando de la forma en que la gente se sienta cómoda con nosotros y sin importar las consecuencias que esto traiga.
Esto quiere decir que nuestro juicio externamente subjetivo está profundamente ligado a las ideosincracias que manifiesta el público y las expectativas de tu alrededor.
Siempre tenemos dos opciones: Hablar o quedarnos callados, participar o excluirnos, opinar o pasar por alto, etc. estas opciones se van reduciendo mientras que tomes en consideración las expectativas de otras personas hacia ti o lo que tu entorno te obligue.
No es lo mismo tomar whisky en un restaurant lujoso que tomar cervezas en un prolicor, obviamente. Así como no es lo mismo expresarte de forma sincera con personas que pertenecen a un estrato social específico que con otras. Estos ejemplos nos ilustran lo que trato de explicar: el comportamiento humano no está totalmente comprometido a nuestras ideas, sino a éstas con nuestras obligaciones.
Nos seguiremos equivocando a medida que dejemos que nuestra voz se diluya como agua en medio de una multitud. Mientras que dejemos que la voz de un extraño sea más fuerte que la de un amigo, mientras que dejemos de confiar para comenzar a presumir; en fin, cuando dejemos de ser perfeccionistas para ser más humanos

Canción al cierre de la entrada: Foolish Games... Jewel