jueves, 29 de mayo de 2008

Estás tan equivocado... (Te juzgo, te condeno...)

"Está mal lo que hiciste!. Definitivamente, nunca aprenderás". Cuántas veces hemos escuchado cosas como estás? o, cuántas veces hemos reprendido a alguien diciéndole algo cómo esto? Juzgamos. Esa es la verdad. Siempre vamos por allí repartiendo juicios como si tuviésemos la dicha de ser jueces y de conocer la verdad de todo, lo que nos llevaría a conocer la verdad absoluta del Universo.
Luego de esto, nos sorprendemos de ser juzgados por cualquier persona, recalcándole al mundo entero que: "No me importa lo que piensen los demás.."
, qué gran engaño.
Debemos comenzar diciendo que las perspectivas del ser humano son meramente subjetivas; cualquier concepto que se tenga de algo exterior no será más que un cúmulo de percepciones sensoriales ligados con un poco de aquello que llamamos "experiencia" o "
retrospectiva"; no más que eso.
La mayoría de las religiones (sin ganas de profundizar en el asunto religioso) basan sus preceptos en normas de conducta dictadas por un ser supremo, reconociendo así que el ser humano no tiene ni el poder moral, físico o espiritual para dictar normas; en pocas palabras, reconociendo la imperfección del ser humano (cuestión con la que estoy sumamente en desacuerdo).
Creo firmemente en la perfección humana. No hay nada de lo que esté más seguro en la vida. El ser humano es un ser perfecto que encuentra imperfecciones a través del duro sendero de encontrar la felicidad en el exterior (el camino más doloroso que la mayoría decide seguir); sin embargo, en lo que nunca estaré de acuerdo será en el supuesto don que lo hace merecedor de juzgar a sus similares.
Las imperfecciones, como un concepto mismo, está ligado plenamente a las subjetividades de una o más personas que están de acuerdo en reprobar determinadas conductas. No existe ningún problema en estar en desacuerdo con formas, aristas y contornos de lo que nos rodea; pero llegar al punto de
satanizarlo o bendecirlo?. Todo extremismo es malo para la convivencia humana.
Al juzgar, estás emitiendo juicios de valor basados en tus percepciones y en tu retrospectiva acerca de algo; esto quiere decir que para que cualquier persona esté "bien" en todos sus sentidos y ser aprobado por toda la sociedad, deberíamos todos sentir (ver,
oír, tocar, oler y hablar) de la misma forma, deberíamos renunciar a nuestra esencia interior; a nuestras diferencias, a nuestra personalidad, a nosotros mismos.
Al juzgar, ten en consideración que nadie es exactamente igual que tú y que cada individualidad debe ser respetada tan
sagradamente como la propia inherente a ti mismo.

Hoy aprendí algo nuevo de una vieja compañera de luchas que me dijo: "Hay 4 cosas en la vida que son irreparables: la piedra lanzada, la oportunidad perdida, el tiempo pasado y la palabra dicha..." No te permitas caer en el juego social de juzgar y ser juzgado, estar fuera de las mayorías resulta reconfortante.
Ama las imperfecciones, adora lo desconocido, sé fiel a la
individualidad y estarás en contacto con tu misma esencia humana, es dentro de la utopía donde debemos soñar, ya tenemos suficiente de realidades para llorar.

Canción al momento de terminar de escribir: Liar de
Alexz Johnson

lunes, 19 de mayo de 2008

Necesito que lo leas (Esencia humana inimpermitible)

No es suficiente. Para nada es suficiente el amor que recibo o el amor que me profesas. No lo es. Y es que, las necesidades del ser humano son infinitas en toda la amplia expresión de la palabra y, desafortunadamente, vivimos en un mundo donde los recursos son finitos.
El amor, la ira, la avaricia, el placer, la lujuria, el dinero; son apenas algunas de las cosas que consideramos necesarias para nuestra existencia.
Y es que, ¿qué cosas podemos considerar necesarias?, ¿qué norma universal nos sirve de guía para nuestra feliz o infeliz subsistencia?
Esto ha sido lo más existencialista que alguna vez he escrito. Pero mentiría si digo que estas interrogantes nunca han sido de reflexión para mi persona. Necesitar: uno de los verbos más usados en el léxico humano de nuestros días. Todos necesitamos algo nuevo en nuestro día a día: más afecto de aquella persona amada, más compresión de aquellos que nos hostigan, más personas que nos quieran, más dinero del que nos dan, etc. Todo aquello en un círculo vicioso en el que, indudablemente por nuestra condición humana, somos parte.
Cada quien tiene sus propias consignas de vida. Lo lamentable es que tus consignas no estén basadas en algo superior a lo material, porque es definitivamente aquello, lo intangible, lo que hace elevarnos a otros planos de la existencia.
Y no hablo de religiones que profesen la austeridad en ninguno de los sentidos; más bien me refiero a aquellas doctrinas de vida que nos hacen perseguir una forma de convivencia en la que nuestras huellas puedan ser más perdurables que nuestros mismos pasos por esta vida.
Enfocarse en lo material es enfocarse en lo corruptible, el manejar lo material sería lo ideal, pero no malgastes tu vida concentrándote en todo aquello en que careces; en cambio preocúpate por dejar huellas, huellas imborrables que sean trascendentes a tu condición humana, es allí cuando te volverás inmortal para la consciencia y para algunos pocos que se encargarán de transmitir tus conocimientos hasta la última consecuencia.
Vaya en paz
Música al momento de cierre: Love ridden - Fiona Apple