jueves, 16 de octubre de 2008

Un adiós, una etapa

Tengo una anécdota muy divertida. Acabo de conocer a Jean Pier. Es alguien de 21 años de edad, medio morenito con lentes y una gran capacidad intelectual. A Jean pier lo conocí un jueves cualquiera, sentado en alguna grama de algún momento no determinado. Él estaba exhorto en sí mismo, con la mirada viendo al horizonte y sumergido sólo en aquellos recuerdos que causan tanto daño, que se prefieren mirar desde la lejanía antes de establecerse en ellos.
Me le acerqué y le susurré: "Todo va a estar bien.. Te lo prometo.." En ese momento, sólo vi dos gotas de lágrimas cayendo en su mejilla, contestándome: "Esta vez, confío en ti..."
Antes de emprender el camino juntos, Jean pier me trajo sus recuerdos: sangrientos, olorosos a muerte y a desespero aún, quedando yo paralizado al instante en que conocí esa persona.. De verdad lo amé...
A medida que el tiempo fue pasando, fuímos venciendo los mayores obstáculos que el amor nos ensalza para seguir adelante.. Miedos, caprichos, engaños y un sin fin de monstruos que amenazaban nuestra relación con un abrupto final... Al principio, Jean pier estaba renuente a dejarse llevar por mi gracia, por mi presencia, por este lazo que nos unía tan fuertemente...
Pero, paradójicamente, al momento en que él decide entregarse complentamente, acariciar el cielo con una sola sonrisa mía, es el momento en el que empecé a buscar nuevos horizontes, que no lo incluían..
Y es que, la principal fuente de sus lágrimas soy yo, la principal angustía, soy yo, el principal desespero, soy yo.. Pero qué puedo hacer? Cómo puedo evitarlo? No lo sé...
Lo que sé es que Jean está devastado, Jean no tiene fuerzas con qué levantarse en la cama para salir a luchar día a día, para obtener victorias o afrontar derrotas.. Sencillamente, Jean no es Jean, es sólo espectro que usa su nombre y posee su cuerpo..
Por los momentos, no me queda nada quué hacer.. Sólo sentarme a ver cómo el se destruye y yo causo silencio en su agonía...